sábado, 25 de enero de 2020

VOLUNTARIOSO OSASUNA - LEVANTE 24-I-2020

Victoria del C. A. Osasuna en la vigésimoprimera jornada de la liga Santander ante el Levante U. D. por 2-0 en el estadio del Sádar. Hoy era un partido decisivo; se disputaban puntos vitales a estas alturas del campeonato contra un rival que busca los mismos objetivos que nuestro club: la permanencia. Asimismo, el choque era providencial ya que se venía de una racha de cinco partidos sin conocer el triunfo. Tras empatar en casa contra el Valladolid, los tres puntos eran más que necesarios para seguir vivos en la mitad de la tabla. Se ha logrado dar un pequeño paso adelante en un momento delicado, si bien más por arrojo, garra, tesón y empuje que claridad de ideas y desarrollo de juego sobre el césped.

Por añadidura, la jornada de este fin de semana nos deja una mala noticia, cual es la lesión de Chimy Ávila para el resto de la temporada. Un verdadero jarro de agua fría cuando más se necesitaba al bravo ariete. Desde aquí le deseamos una pronta recuperación.

El arranque del partido fue optimista para los rojillos. Verticalidad de inicio, dos tiros a puerta y un balón al travesaño de Roberto Torres mostraron las cartas de los osasunistas. No obstante, a pesar de la buena voluntad de inicio, el Levante no lo ponía fácil y trataba de cortocircuitar las subidas de los jugadores navarros. Cierto que los valencianos no gozaron de alguna oportunidad clara para marcar a Sergio Herrera pero tampoco los nuestros superaban las dificultades del partido. Más frescura se necesitaba para doblegar las líneas contrincantes. Hacía falta "abrir" la lata para marcar el ritmo del encuentro, pero esta circunstancia no se produjo en la primera parte.

Complementando todo lo anterior, el colegiado del partido se ganó la amistad de los 14.667 espectadores con sus decisiones hiperecuánimes. Había que ver cómo el señor Soto Grado amonestaba con firmeza a los jugadores del Levante por sus pérdidas de tiempo; favoreció descaradamente a Osasuna pitando faltas que no eran y enseñó tarjetas amarillas a los jugadores visitantes por sus duras y violentas infracciones. ¡Qué primor! ¡Qué profesionalidad! ¡Qué buen hacer! Todo un crack y protagonista del partido. Junto con el árbitro catalán Medié Jiménez, a buen seguro que son invitados a los sanfermines al dejar una loable memoria de su actuación.

La segunda parte siguió por iguales derroteros que la anterior, pero con la inconveniencia de la lesión del Chimy. Osasuna lo intentaba pero no terminaba de cuajar ocasiones claras para marcar; mientras, el Levante se acercaba a puerta con peligro, incluso algo mayor que en el primer tiempo. Así, el melenudo Aridane tuvo que emplearse a fondo para robar un balón a un delantero levantino cuando se disponía a disparar a placer al marco rojillo. Por su lado, el árbitro siguió pasando desapercibido para todo el presente en el estadio. Hasta recibió elogios de una parte de la grada, que seguramente no nos pasarán factura. 

Ante la ausencia del Chimy, salió Róber Ibáñez y lo cierto es que el extremo se marcó una buena actuación dando algo más de brío al tedioso juego de su equipo. Posteriormente, Yagoba Arrasate arriesgó y realizó un doble cambio; sustituyó a Roberto Torres por Íñigo Pérez y a Adrián López por Marc Cardona. Se recomponían algo las líneas y la tenacidad de los locales se mantenía viva. 

Osasuna lo intentaba sin cejar en el empeño, pero sin ocasiones. Se percibía atasco en el medio  campo. Con todo, no fue hasta el minuto ochenta cuando las cosas cambiaron a su favor; tras botarse un saque de esquina, el VAR señaló una infracción dentro del área del Levante que fue señalada con la pena máxima. Así, Rubén García lanzó el penalti y puso las cosas donde todos queríamos. Se abrió el juego y los rojillos se encontraron más cómodos moviendo la pelota. Así y todo, llegó el segundo gol tras una jugada de Marc Cardona por banda derecha para adentrarse en el área y centrar hacia atrás, donde Íñigo Pérez disparó para hacer el segundo de la noche. Gol de la tranquilidad y euforia desmedida en el graderío. No era para menos puesto que fueron muchos los minutos de incertidumbre vividos.

Finalizó el partido y tocan las reflexiones posteriores. Por el lado positivo, Osasuna se afianza en los puestos alejados de la zona caliente; la entrada de Róber Ibáñez dio más profundidad de juego; Aridane es un coloso en la zaga; sin la estrella del equipo también se sabe ganar. Por el lado negativo, hay que señalar la escasa fluidez de juego durante muchos minutos; Fran Mérida brilló por su ausencia lo cual cuestiona la medular; Roberto Torres no rinde al mismo nivel que su compañero Róber Ibáñez; Adrián López sigue sin tener acierto aunque se le vean buenas maneras; el primer gol ha sido a balón parado y eso evidencia la carencia de juego creativo cerca del área contraria. 

Como se ve, la lectura es ambivalente. Se avanza con peros. Quedan partidos duros y rocosos que jugar, amén que las dos próximas jornadas van a ser contra rivales de la talla de Villarreal y Real Madrid. Quizá pequemos de agoreros, pero siempre deseando equivocarnos por el bien del equipo. Si algo ha demostrado el míster Arrasate es darse cuenta de la situación que tiene delante y ponerle remedio. Cabe confiar que sea así.

Esto es lo que hay y no se trata tanto de señalar lo que no funciona como sí las posibilidades que ofrece el equipo. Veremos que es de Osasuna una vez cerrado el mercado de invierno. Estaremos al tanto ofreciendo todo nuestro apoyo. La victoria de hoy puede ser un acicate para que el equipo vaya confiando en sí mismo y arriesgando algo más para lograr sus objetivos. Así siiiiiiiiií. Valar dohaeris.

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