domingo, 18 de agosto de 2019

ALUCINANTE LEGANÉS - OSASUNA 17-VIII-2019

¡Paren las rotativas, cambien los titulares, alteren las valoraciones, modifiquen las conclusiones! Nada de lo que se barruntaba para las crónicas post-partido vale. Minuto setenta y cinco, el delantero rojillo Chimy Ávila recibe el balón en la frontal del área grande del Leganés, sin pensárselo dos veces arranca un tiro seco y contundente hacia el palo derecho del portero madrileño y...... ¡Gooooool! En un par de líneas se puede resumir lo visto en la primera jornada de la Liga Santander por parte del C. A. Osasuna. El pésimo partido de los rojillos se revolucionó en un minuto.

Los navarros poco demostraron en el césped y, paradojas de la vida, se alzaron con una victoria inmerecida. Saltó al campo una alineación con novedades y ausencias importantes. Debutó Moncayola con poco bagaje esta pre-temporada, Fran Mérida (uno de los mejores desde hace dos temporadas) chupó banquillo y Róber Ibáñez se hizo con un hueco en la titularidad de hoy. Dicho de otro modo, lo que se dice salir a jugar era harina de otro costal.

Nada se puede decir del juego de los de Yagoba Arrasate porque, sencillamente, no existió. Apenas dos tiros a puerta en la primera parte, ninguno -excepto el gol- en la segunda mitad y ni un sólo córner botado en los 96 minutos que duró el encuentro. No se sabe cómo pero los osasunistas cosechan un buen comienzo en una temporada que se presenta durísima. Lo importante era comenzar bien y más de uno se contentaba con el empate los minutos previos al duelo. ¡Y nos llevamos los tres puntos a la buchaca! Miel sobre hojuelas. La sonrisa queda en este fin de semana tras angustiosos minutos viendo a los rojillos contra las cuerdas.

El arranque del partido correspondió al conjunto local, quien dominaba el balón y los espacios en todo momento. Por su lado, Osasuna perdía balones y tardó en llegar a la puerta contraria muchos minutos. Sólo Roberto Torres inquietó al meta del Leganés con un tiro a balón parado tras una falta en las inmediaciones del área rival. Más tarde vino un discreto disparo del argentino Chimy Ávila que no significó peligro para el portero local. El cuadro madrileño era quien marcaba el ritmo del juego pero tampoco conseguía marcar la diferencia. Pocas ocasiones o ninguna clara se dispuso para anotar un gol por parte de ambos equipos. En todo caso, Osasuna parecía que perdía su sitio en el campo al ver tres amarillas en los primeros cuarenta y cinco minutos; además vio como el VAR le eximía de un penalti tras una clara mano de Pervis Estupiñán en el área rojilla. Nada claro se veía en el horizonte y sí mucha incertidumbre en el terreno de juego.

La segunda parte poco cambió respecto a la primera. Si acaso un Leganés más volcado por aquello de asumir su tarea de anfitrión y congraciarse con sus aficionados. Osasuna no carrulaba, inexistía el centro del campo con un Oier errático y Estupiñán tropezaba en sus cabalgadas por la banda derecha. Subía la intensidad a cada segundo que corría en el reloj y fruto de ello fueron los tres goles anulados al conjunto pepinero por el VAR. Eso sí, bien anulados por fueras de juego y manos. Hubo lógica decepción en la grada tras una entusiasta celebración pero el nuevo reglamento y sus herramientas así son. Algo de esto puede ocurrir en el Sádar; conviene ser precabidos. Tras estos infructuosos intentos del "Lega" por marcar, llegó el gol de Osasuna que dejó helados a los aficionados pepineros en una acalorada noche. Inexplicablemente, el peor de los dos se ponía por delante y cambió la faz del encuentro.

A partir del tanto de Ávila, Osasuna contuvo bien las embestidas de su contrincante y Rubén Martínez salvó en dos ocasiones la igualada en el luminoso. Salieron Lillo, Marc Cardorna y Luís Perea para conservar el gol de la victoria y lo consiguieron. El Leganés lo intentaba pero no hallaba puerta; hasta uno de los suyos, Óscar Rodríguez, fue expulsado por obra y gracia (¡Cómo no!) del VAR tras revisarse una falta a Perea. La emoción llegó hasta el final pues se descontó seis largos minutos que fueron agónicos para los dos centenares de osasunistas desplazados a Butarque. El pitido final permitió respirar y bajar la tensión acumulada. Los navarros se alzan con tres puntos primorosos que permiten soñar con la permanencia  desde el primer momento. Esperemos que así sea.

En otras ocasiones el árbitro es el protagonista del encuentro y para mal. En cambio hoy, el VAR lo ha sido para bien de Osasuna en su estreno con esta nueva modalidad de arbitraje. Hay que estar satisfechos por ello. Pero algarabías al margen, hay que ser conscientes de que la regularidad es lo que te permite conseguir el objetivo final. 

Así pues, hay que mejorar en el juego -bien es cierto que ningún equipo está al cien por cien- manejando la pelota y los espacios mucho mejor de lo visto esta noche; no se entiende la ausencia de Fran Mérida en el centro del campo; Pervis Estupiñán ha cometido dos errores que podían haber costado el partido; Oier no está del todo centrado con la experiencia que tiene; Darko Brasanac ha estado in albis; Chimy Ávila apenas ha recibido balones y encima se ha ganado una amarilla. No se trata de sacar los colores, sino  conclusiones de lo que conviene corregir a pesar de la victoria. Hay plantilla y tiempo para ello, pero desde mañana conviene ponerse las pilas porque esto es la mejor liga del mundo y no un torneo de pachanga. Próxima parada en el Sádar ante el Eibar. A por ellos. Por de pronto, así siiiiiiií.....Valar Dohaeris.

Leed la primera valoración de los amigos de Navarra.com:

El VAR felicita a Osasuna en su vuelta a primera

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