domingo, 8 de marzo de 2020

PROVECHOSO OSASUNA - ESPAÑOL 8-III-2020

Todo lo que sea sumar es siempre positivo y si son los tres puntos, miel sobre hojuelas. La victoria del C. A. Osasuna en la vigesimoséptima temporada de la liga Santander ante el R.C.D. Español de Barcelona da un respiro a los rojillos. Un pasito más en la búsqueda de la permanencia supone echar al olvido las dos derrotas de las jornadas pasadas. Los 15.737 espectadores pueden volver satisfechos a sus casas  por la buena cosecha en el día de hoy.


Además, algunos partidos de rivales directos favorecen la posición de Osasuna en la actualidad; Eibar, Valladolid o Celta son algunos ejemplos, pero lo importante es depender de uno mismo para no estar tan al tanto de la tabla clasificatoria. La cosa no está hecha y, por consiguiente, hay que estar con las espadas en alto, la cabeza alta y el ojo atento. No hay otra. Hasta que las matemáticas no cuadren no se puede decir nada.

El encuentro de hoy era decisivo para Osasuna, tras haber desaprovechado la ocasión del día del Granada en casa. Yagoba Arrasate puso algunas novedades en el once inicial con el recuperado Kike Barja o Fausto Roncaglia por José Arnáiz o Nacho Vidal. Rubén Martínez ocupó puerta por la roja de Sergio Herrera hace siete días. Se vio un cuadro navarro estirado, vertical, dispuesto a llegar a puerta. Antes de los dos minutos ya dispuso del primer córner. Nuestro equipo estaba dispuesto a marcar el ritmo del encuentro y llevarlo a su terreno. 

Sin embargo, las buenas sensaciones iniciales no se transformaron en un fluído desarrollo del juego. Había más voluntad que cabeza. Escasearon las ocasiones de peligro cerca del área y no se vio una sóla ocasión manifiesta de gol en los primeros cuarenta y cinco minutos. No se generaban jugadas cerca del área españolista ni había creación de juego en la medular. Un par de tiros a puerta sin consecuencias era lo más que ofreció el conjunto navarro. Un detalle. Bregaba lo suyo Rubén García pero no estaba bien acompañado de la mitad para arriba en su celo por romper la línea defensiva. Por su lado, los periquitos no hacían más que su oponente y si llegaban al área de Rubén Martínez era por errores defensivos osasunistas, no tanto por habilidades o recursos propios con el balón. En este sentido, el contrincante de este domingo ha mostrado una faz muy limitada.

Afortunadamente, la cosa cambió en la segunda parte. Osasuna se lanzó a por todas y halló premio. Primero la tuvo Darko Brasanac con un remate de cabeza que obligó al guardameta españolista a lucirse. Posteriormente, vino la jugada del penalti con un claro codo de un defensa visitante dentro del área. El VAR lo confirmó y Roberto Torres transformó la pena máxima a lo Panenka. Se abría la lata y Osasuna pasaba a ser el dominador del encuentro a pesar de las llegadas peligrosas de los del "Pitu" Abelardo. De hecho, lo más peligroso de los de Barcelona fue un disparo a puerta que Rubén Martínez desvió en estirada espectacular. 

Volvamos a Osasuna. Los nuestros tuvieron en su mano la ocasión de apuntalar el resultado hasta en cuatro ocasiones. Dos de Enric Gallego, una de Roberto Torres y otra para Darko Brasanac fueron las oportunidades perdidas para dar tranquilidad en el luminoso y a toda la afición. Por añadidura, el Español se quedó con diez por expulsión de su portero Diego López al ver la segunda amarilla (cogió el balón fuera del área), circunstancia que no aprovecharon los rojillos para disparar más a puerta. Los cambios de Arrasate fueron para contemporaneizar; Marc Cardona, Íñigo Pérez y Nacho Vidal significaron contención y freno ante la embestida -débil a la postre- que preparaba el equipo albiazul. Al final, todo se resolvió favorablemente para los intereses rojillos pero no sin tensión y sobrado sufrimiento. 

Osasuna refuerza su posición en la clasificación a la espera de dos choques de alto vuelo: Real Sociedad y Atlético de Madrid. Se aleja de la zona caliente momentáneamente y recupera cierta confianza perdida en casa. Con todo, hay aspectos a mejorar y que ya comentábamos en crónicas pasadas. Mayor preparación física para aguantar noventa minutos, mejor centro del campo -¿Qué le pasa a Fran Mérida?-, mayor acierto en labores defensivas (hoy Estupiñán ha dado una de cal y otra de arena) y, sobre todo, más definición y acierto cara a puerta.  El Chimy Ávila sigue siendo el mejor en la punta de ataque pese a su ausencia. Sin comentarios.

Efectivamente, si el marcador final hubiese sido de cuatro a cero, a nadie hubiese sorprendido ya que las ocasiones manifiestas han sido para cerrar el partido de esta manera. No es de recibo que tras gozar de la fortuna de un penalti, se falle tanto jugándose lo que se juega. Hoy el rival ha sido débil y nos ha perdonado semejantes errores, pero txurriurdines y colchoneros no serán tan misericordiosos. Por todo lo anterior, hay que tener más gancho y rasmia dentro del área si se quiere apostar por victoria claras y no tan pírricas como la del día presente. 

Por otro lado, no se peque de agorero. Lo importante son sumar puntos por lo civil o lo criminal. Los del míster  Arrasate lo han hecho y eso es lo que cuenta en las conclusiones finales. Se suma y se sigue en pro de los objetivos de esta temporada. Bienvenido sea si es así y felicidades a los jugadores por su triunfo. La afición está con ellos iluminándoles en su trayecto; los aficionados rojillos trasfiguran la sombra en luz mostrando así su cariño por los colores del club. A por todas en lo que queda de liga. 

No quisiéramos cerrar el comentario de hoy sin saludar a la Peña Tribuna Rojilla, de cuya familia pasamos hoy a formar parte. Todo un símbolo de la sana afición osasunista. Así siiiiiiiií, Valar dohaeris.

Tampoco olvidéis de echar un vistazo al comentario de Navarra.com:


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