domingo, 6 de diciembre de 2020

DEPLORABLE OSASUNA - BETIS 6-XII-2020

Sin pases, sin centros, sin disparos, sin bombeos, sin córners, sin faltas, sin fútbol. Con amarillas, con huecos, con patadones, con tropiezos, con pedradas y con desatino es imposible ganar en este deporte. No es habitual empezar por el final, pero hoy se hace preciso para dar cuenta, de entrada, del monumental desaguisado de hoy. La jornada duodécima de la liga Santander disputada en el estadio de El Sádar ante el real Betis Balompié se salda de la peor manera posible. Una dolorosísima y muy crítica derrota por cero a dos ante un rival directo. Este resultado hunde a Osasuna en la clasificación dejándole en puestos de descenso. 

No es que el rival de hoy haya sido mejor o superior, es que ha sido menos malo que nosotros. Partido soso donde los haya donde se ha impuesto el primero que anotase. Los deméritos se acumulan y los puntos vuelan.  Osasuna se jugaba mucho y ha perdido. Desde el inicio del partido se vio a un contrincante decidido a sacar algo del Sádar ya que llegaba con más fluidez a la puerta de Sergio Herrera que los rojillos al marco bético. En los primeros cinco minutos nuestro cancerbero tuvo que lucirse. Algo no terminaba de cuajar tras los entrenamientos de esta semana. 

Costaba llegar a arriba y si se hacía era con balones largos, que en el argot coloquial significa patadón y que los delanteros (Budimir y Enric Gallego) se apañen como buenamente puedan. Dicho de otro modo, se carecía de centro del campo a pesar de contar con la vuelta de Brasanac, quien fue sustituído al empezar la segunda parte. Lo más destacado de Osasuna en la primera mitad fue el gol anulado a Ante Budimir. ¡Que manda narices que sea eso lo más relevante! El resto de minutos no se vio nada positivo.

La reanudación trajo más intensidad con la entrada de Oier Sanjurjo, pero persistían las carencia ya señaladas. Se tiraba más de corazón que de cabeza y Yagoba Arrasate hizo varios cambios para lograr un gol; éste no sólo no llegó sino que los relevos tampoco supusieron un cambio de juego. Poca creación cerca del área rival, ni un sólo disparo a puerta en todo el partido y para colmo de males, defensa coladero. Efectivamente, los dos goles de los sevillanos han llegado en sendas contras con superioridad numérica navarra en la zaga, que no han sabido cortocircuitar el avance verdiblanco. ¿Cansancio, falta de concentración, mala suerte? ¿O un poco de todo? 

Ni una sola ocasión medianamente clara para marcar tras el anulado tanto ya mencionado. Para mirárselo. Así no es de extrañar la derrota y, lo peor de todo, es que ya no se puede apelar a las bajas. Hoy se recuperaba a Brasanac y Calleri pero ni aun por esas. Rubén García, por otro lado, ha estado fallón; Roberto Torres no logra dar buenos pases o rematar a puerta en condiciones; las bandas han estado muy flojas ya sea con Roncaglia, Nacho Vidal o Íñigo Pérez. 

El equipo sigue siendo el de la temporada pasada pero con un nivel de juego colectivo bajísimo. Es como si se les hubiera olvidado cómo jugar a eso del fútbol. Esta escuadra ganó al Cádiz en la primera jornada en el Carranza, pero ayer los cadistas vencieron al Barcelona que nos endosó una goleada. Algo sucede ya que no es normal que el barco haga aguas por todos los lados. 

¿Cambio de entrenador? De seguir así puede que llegue el caso porque nos vamos directos a segunda. El problema, como siempre, es quién es el adecuado para enderezar el rumbo perdido. No es que se dude del buen hacer de Arrasate como profesional, pero no parece que esté dando con la tecla adecuada en estos momentos. Para sobrevivir en el fútbol profesional el día a día, el partido a partido, el resultado de cada jornada es lo que cuenta. Es duro y perverso, pero así de cruel es el deporte de élite.

Osasuna ha salvado la cabeza a un muy cuestionado Pellegrini. Facilitó la victoria del Barcelona hace una semana y dio un respiro al Huesca en el Sádar. No se puede ir de perdonavidas o de apagafuegos porque todo tiene un coste. A este paso volvemos a segunda tras haber logrado primorosamente la permanencia la temporada pasada. 

Esto es doloroso, crítico, agobiante, incierto, errático, desconcertante, vergonzoso. Si no lo es, algo hay que rectificar. ¿Se necesita público? Sin él este equipo sacó la pasada campaña y ahora va dando bandazos a diestro y siniestro. Que estemos ante un problema no es lo que deba preocuparnos, sino el mero hecho de no encontrar la solución idónea para resolverlo. Eso es lo que más le carcome por dentro al que suscribe . Por de pronto así noooooooooooo. Medítese todo con mucha, mucha fuerza. Valar morghulis.

Fijaos en el comentario de Navarra.com:

A Arrasate se le acaban las ideas

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