Derrota por empate de Osasuna en la sexta jornada de la Liga española ante el Elche C. F. Sí, se perdió. Dos puntos menos cuando se tenían los tres a mano. Todo lo que sucedió durante el partido se resumió en la desgraciada jugada de Sergio Herrera a la salida de un balón que disputaba Boyomo con un delantero ilicitano. Toda la buena primera parte se echó por la borda en una segunda parte para el olvido.
Esto es primera división, ya lo hemos dicho en innumerables ocasiones pero lo seguiremos afirmando hasta que los jugadores rojillos se convenzan de ello de una vez por todas. ¿Para qué sirve el golazo de Víctor Muñoz en el primer tiempo, si regalas el partido a tu oponente? ¿Para qué disponer de un cancerbero que para lo imposible, si falla estrepitosamente en una jugada que ni un infantil yerra?
La cara contrariada del aficionado osasunista al salir del estadio resume con creces lo ocurrido en El Sadar. Pagas por ver noventa y pico minutos de juego, pero tu equipo sólo te ofrece cuarenta y cinco y nada más. Hay que ser más completos, acertar con los cambios, finalizar más las jugadas de ataque y no dar vida a tu rival. Si perdonas, la pagas.
¿No es acaso una máxima en el mundo del fútbol? ¿Acaso no ha conocido Osasuna ejemplos de estos? ¿Es que el entrenador Lisci no lo ha aprendido en la escuela de entrenadores? Los rojillos andan justos; fallan mucho fuera de casa y acaban de hacerlo en la propia. ¿Significa esto algo? ¿Es un bache pasajero o una crisis de juego? ¿Falta rodaje para aguantar noventa minutos y lo que sea? ¿Qué ocurre?
Desde luego que la derrota de esta jornada duele y mucho. No sólo por ser en nuestro campo, sino más por la forma que se ha materializado. El Elche no era nada del otro mundo pero sabía bien lo que había de hacerse; si se va perdiendo echarse arriba y buscar la igualada como sea. Casi lo logró en un balón al palo y en una jugada que detuvo Sergio Herrera. No obstante, lo que no cabía en su cabeza que es que su contrario, Osasuna en este caso, le regalara un punto como si del seis de enero se tratara.
Los de Lisci renunciaron a jugar en la segunda parte y, para colmo de males, hicieron al adversario un donativo como si fueran las Hermanitas de los pobres. Así no es de recibo jugar un encuentro de máxima altura. Se requiere más entereza, coraje, fuerza, cabeza y tesón. O sea, lo que faltó en la segunda parte. Próximo choque en Sevilla contra el Betis. Partido difícil donde los hay y que pondrá a prueba a jugadores y cuerpo técnico para saber si son capaces de sacar algo lejos de tierras navarras.
Por de pronto, así noooooooooooooooooooooooooooooo. Medítese todo con mucha, mucha fuerza. Valar morghulis.
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