Derrota de Osasuna en la tercera jornada de la Liga española frente al R.C.D. Español de Barcelona. Los rojillos caen entierras catalanas una vez más fuera de casa. Van dos. De nuevo, ha faltado algo más para sacar petróleo en la visita a domicilio. Pasó en Madrid y ha ocurrido esta vez en Cornellá.
No jugaron mal del todo pero el saldo queda en tres partidos jugados y sólo tres puntos cosechados. ¿Bueno, malo, lo normal, decepcionante, esperable, etc.? Cada cual tendrá su forma de interpretar el inicio ligreo de los de Alessio Lisci. Ahora bien, en lo que al partido en si se refiere se pudo más a todas luces. Son de esos partidos que pagas si perdonas.
Efectivamente, la primera parte fue disputada. Más intensa para los españolistas que jugaban en casa, pero Osasuna gozó de oportunidades para anotar. Budimir y Rosier tuvieron las suyas pero no fraguaron y eso supuso el 1-0 local en el minuto cincuenta y dos de partido. Se intentó la igualada pero los periquitos aguantaron bien el tipo ante la estirada de líneas que hicieron los rojillos. A punto estuvo Catena de marcar en el descuento pero falló una clarísima ocasión que ni él sabe cómo la pudo fallar.
Una pena. El partido pasó sin pena ni gloria para los nuestros. Como se ha dicho muchas veces -aunque suene a tópico- los detalles cuentan; no nos referimos a las oportunidades desaprovechas, que también, sino a la actuación arbitral al no señalar un penalti sobre Víctor Muñoz en una de sus ofensivas. Eso también hay que añadirlo a la crónica del partido y también a la no suma de puntos.
La próxima parada será en casa contra el Rayo Vallecano de Íñigo Pérez. Ahí es nada. ¿Serán capaces los rojillos de apuntalar puntos en casa? ¿Será el Sádar un fortín? Consolidarse en la clasificación para no estar en zona caliente requiere sumar en casa siempre y tratar de puntuar algo en las salidas fuera de Navarra.
Veremos cómo se desarrollan las cosas. Lo visto ante el Español muestra que hay margen de mejora; que hay que buscar más a Aimar Oroz para generar ocasiones de gol. La esperanza no se debe perder y tampoco sirve de nada ponerse agoreros en las tres primeras jornadas.
Deseando que las cosas mejoren, medítese todo con mucha, mucha fuerza. Así nooooooooooooooooooo. Valar morghulis.
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