Nueva derrota de Osasuna en la séptima jornada de la liga española. En esta ocasión en tierras andaluzas frente al real Betis Balompié. Un 2-0 encajado en la primera parte ha sido suficiente para los dirigidos por Manuel Pellegrini; en media hora han dejado fuera del encuentro a los rojillos. No ha sido tanto por méritos de los verdiblancos cuando sí por errores clamorosos de los comandados por Alesio Lisci.
Efectivamente, dos pifias, una de Catena y otra de Boyomo, han propiciado que los navarros sigan con una mala racha de resultados fuera de casa. Cuatro derrotas sumadas al empate en casa (otra pérdida de puntos importante) colocan a los osasunistas en la decimotercera posición de la clasificación. A dos puntos del descenso directo. ¿Deben sonar las alarmas?
Quizá no pero sí para dar un toque de atención a entrenadores y jugadores. Se entra en la zona caliente de la tabla y persisten las muchas dudas que se fraguaron contra el Elche. Osasuna no ha tenido opción de marcar o de sacar algo positivo en su visita a Sevilla. Un par de ocasiones aisladas en todo el partido (una en cada parte) es el pobre balance que arrastra el conjunto rojillo. Se sigue sin materializar las llegadas a puerta. La dupla Budimir/Raúl García de Haro no parece funcionar. El medio-campo está cojo sin Aimar Oroz y falta concentración en la zaga. En suma, muchas carencias en todas las líneas del equipo.
Asimismo, ha costado horrores traspasar las línea béticas. En este sentido, el equipo sevillano se ha mostrado más compacto, sabedor de lo que tiene que hacer, cuyo técnico conoce bien lo que puede dar de sí su escuadra. Los rojillos dieron una sensación de jugadores de pretemporada; impotentes ante un resultado desfavorable, carentes de ideas en las contras y sin pegada cara arriba.
Sobre el papel hay buenos jugadores, pero en general los once que saltaron en La Cartuja no funcionaron bien o lo hicieron a medio gas. Se quiso en la segunda parte hacer algo más pero no había acierto en realizar ocasiones de gol y los cambios tampoco mejoraron lo visto sobre el césped desde el minuto uno.
Las cosas pintan mal para el siguiente partido contra el Getafe en El Sádar. ¿Estará Rubén García presto para jugar y habilitar jugadas de gol? Se precisa fortaleza defensiva, contención en la medular, creación de juego con los media puntas y tino en la delantera es lo que se necesita en estos momentos. Casi nada. Muchas cosas quedan en el aire para ser resueltas en pocos días.
Osasuna retrocede, da un paso atrás y se muestra incapaz de dar dos hacia adelante. La imagen mostrada en esta jornada duele y escuece. Se salió trastabillado del último partido en casa y ahora hace el ridículo. Pudo ser peor porque marchar al descanso con un marcador adverso suponía abrirse y que el contrario puediera ir a por más tantos. No sucedió y gracias.
El siguiente encuentro será en viernes por la noche (¡Vaya día y hora para ir al fútbol!) contra el equipo del polémico Bordalás. No deja de ser curioso que será él quien se vaya a llevar la primera pitada y no alguno de sus jugadores. No obstante, chascarrillos al margen, será todo un reto el que se afronte el próximo día. Por un lado, sumar tres puntos más que necesarios y, por otro, mejorar la imagen de juego y resultados de las dos últimas jornadas. Ahí es nada.
En todo caso, es lo que hay; los jugadores deben demostrar que son profesionales del fútbol y que saben estar por encima de opiniones, rumores y malas sensaciones. Un nuevo partido, otra oportunidad. Así se debe entender el próximo choque. No hay otra.
Medítese todo con mucha, mucha fuerza. Por de pronto, así nooooooooooooooooooooooooooooo. Valar morghulis.
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